Fallece Alberto Corazón diseñador de los números de las rotondas del Passeig Calvià

La semana pasada falleció Alberto Corazón, el creador de algunos de los logos más icónicos de nuestro país y de nuestro municipio, como fueron los números de las rotondas del Passeig Calvià.

 

El diseñador de logotipos de empresas e instituciones como ONCE, la Biblioteca Nacional o Cercanías RENFE ha fallecido en Madrid a los 79 años.

 

Nacido en Madrid en 1942, Corazón renovó el panorama del diseño español, en los primeros años de democracia, diseñando la identidad corporativa de la ONCE, Paradores Nacionales, la Junta de Andalucía, Comunidad de la Rioja, Junta de Extremadura o la de los Ministerios de Sanidad y de Cultura o el MOPU. Al terminar sus estudios universitarios, que compaginó con el aprendizaje del dibujo y la pintura, fundó la editorial Ciencia Nueva, junto con un grupo de amigos y se inició profesionalmente en el diseño gráfico.

 

“Seis esculturas de tres metros de altura que representan los números del 1 al 6 fueron instaladas en las seis primeras rotondas por las que transita el Passeig Calvià. Las figuras, que fueron diseñadas expresamente por Alberto Corazón, fueron inauguradas por los representantes de la Corporación y el diseñador.

 

La alcaldesa, Margarita Nájera, compartió con los concejales de zona el honor de descubrir las esculturas, comenzando en Cas Català con Joana Maria Coll y acabando en Palmanova con Neus Pacheco. También fueron inauguradas las figuras instaladas en Bendinat, Portals Nous, Punta Negra y Son Caliu.

 

El proyecto integral del Passeig Calvià, un paseo peatonal que atravesará el municipio de un extremo a otro, contempla la colocación de algo más de 20 esculturas, todas ellas firmadas por Alberto Corazón, uno de los diseñadores del Estado español con más prestigio y mayor proyección internacional”. De ésta forma relataban los cronistas de la época la inauguración de las esculturas en 2001.

 

LOS NÚMEROS DE CALVIÀ DE ALBERTO CORAZÓN, DE LA ALEGRÍA AL DESENCUENTRO CON EL AYUNTAMIENTO

El diseñador decoró con sus piezas las rotondas del Passeig, repintadas en 2018 por el consistorio

 

El artista Alberto Corazón fue uno de los grandes fichajes de la alcaldesa de Calvià, Margarita Nájera. En verano de 2001, el reputado diseñador numeró las rotondas del Passeig Calvià, «sin voluntad escultórica, más bien de sustitución del monumento con elementos propios», según dijo el artista en su inauguración.

Los números más conocidos de Calvià fueron objeto de polémica años después, en 2018, cuando el consistorio decidió intervenir para paliar su deterioro por el paso del tiempo, lo que provocó en las piezas diferentes desperfectos como abolladuras, fisuras o pérdida de la pintura original.

 

La acción municipal, sin embargo, molestó a Corazón, que, en declaraciones, consideró una «falta de cortesía» que el ayuntamiento no le consultara previamente su voluntad de rehabilitar las estructuras decorativas.

 

«Si una obra se va a repintar, lo correcto es consultarlo con el autor», protestó Corazón, quien explicó que él se enteró a posteriori de la intervención municipal.

 

El creador enfatizó que se trata de unos «elementos singulares» que, cuando se inauguró el Passeig, fueron motivo de portada en publicaciones especializadas de viajes. Explicó además que el concepto original de los números era servir como señalizador, como unos hitos para guiarse por el municipio de Ponent.

 

 

UNA CONTROVERSIA ARTÍSTICA Y NUMÉRICA EN CALVIÀ

Alberto Corazón recuerda que se trata de unos "elementos singulares" que, cuando se inauguró el Passeig, captaron la atención mediática

 

Los números más conocidos de Calvià, los que jalonan las rotondas del Passeig -inaugurado a principios de este milenio-, han sido objeto recientemente de una intervención por parte del Ayuntamiento, para paliar su deterioro por el paso del tiempo: abolladuras, fisuras, pérdida de la pintura original.

 

La acción municipal, sin embargo, ha molestado al creador de los números, Alberto Corazón, que, en declaraciones a este diario, considera una “falta de cortesía” que el Consistorio no le haya consultado previamente su voluntad de rehabilitar las estructuras decorativas.

 

“Si una obra se va a repintar, lo correcto es consultarlo con el autor”, manifiesta Corazón, quien explica que él se enteró a posteriori de la intervención municipal.

 

El Ayuntamiento, por su parte, defiende que el arreglo se ha hecho respetando los originales. “Después del paso de los años, lo que hemos hecho es reparar abolladuras y fisuras que presentaban, y pintarlas respetando el pantone original, ya que la pintura también con el tiempo se había ido ‘quemando’. Se ha respetado, en todo momento, el original”, inciden esas fuentes municipales.

 

Hechos de acero

Corazón recuerda que los números fueron hechos con acero para preservarlos mejor de la erosión y de la humedad. Se les recubrió, añade, de un baño especial de pintura de tipo epoxi, que es la que se emplea en los coches.

 

El creador enfatiza que se trata de unos “elementos singulares” que, cuando se inauguró el Passeig, fueron motivo de portada en publicaciones especializadas de viajes. Explica además que el concepto original de los números era servir como señalizador, como unos hitos para guiarse por el municipio de Ponent.

“Por deferencia”

 

En su opinión, “lo mínimo” hubiese sido que el Ayuntamiento hubiese contactado antes con el artista. “Por deferencia, le tendrían que haber consultado previamente”, afirma.

 

En 1973 creó Alberto Corazón editor, que sólo duró dos años, y en 1975 fundó y presidió Investigación Gráfica SA, un centro especializado en el Diseño de Identidad Corporativa. Esta empresa desarrolló en 1981 el primer programa de Identidad Corporativa que hizo un banco español (Banco Urquijo), y una compañía española (Laboratorios Okal). Premio Nacional de Diseño 1989, otros diseños suyos son el logotipo de la Sociedad General de Autores (1989), una campaña de Acnur España (1995) o una línea de cajeros automáticos para Caja de Madrid (1996).

 

Como diseñador industrial, es autor de obras tan conocidas como el teléfono DOMO y el equipamiento público de Cercanías (RENFE), entre otras muchas. Ha diseñado carteles para acontecimientos políticos y culturales como los programas del madrileño Festival de Otoño, así como portadas de algunas colecciones de Espasa-Calpe.

 

Sus creaciones se han expuesto en Madrid, Barcelona, Valencia, Milán, París, Frankfurt y Berlín, mientras que su trabajo para compañías extranjeras ha sido distinguido con los premios anuales de las asociaciones profesionales de Italia, Inglaterra, Alemania y España.

 

En 1976 fue invitado por el Comité Internacional para exponer en la Bienal de Venecia junto con Tàpies y el Equipo Crónica, y en 1978 la Bienal de París le invitó a exponer en el Petit Palais junto con Antonio Saura. En 1979 expone en la Galería Alexander Iolas de Nueva York y da por terminado el período conceptual que agrupa en un proyecto antológico denominado «Leer la Imagen».

 

Único diseñador europeo que ha recibido la Medalla de Oro del American Institute of Graphic Arts, el más importante premio internacional en el área de la Comunicación Visual, está en posesión de los premios del Arts Director Club de Nueva York (1970); de la British Design and Arts Direction de Londres (1973); el LAUS 1988 y 1991; el de ADG-FAO de Barcelona (1973); el premio Aliance que el Consejo de Europa ha otorgado a muy pocos diseñadores de todo el mundo; el Juventas al mejor diseñador del año 1985; el Montblanc a la Cultura de 1988; la medalla del FAD (1992); el premio «El temps» de Diseño 1995; o la medalla de oro del Design Council International (1991).

 

En 2002 una exposición antológica de pintura y escultura de su obra recorrió los principales museos españoles y en 2003 participó en el proyecto Arte Español en el Exterior para el que presentó su obra en Oriente Próximo, Siria, Jordania e Irán.


Uno de sus últimos trabajos más representativos ha sido el diseño de la nueva página web de la Biblioteca Nacional presentada en mayo de 2006, año en el que un mes antes fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

 

El diseñador, que ha expresado su necesidad de escribir sus reflexiones y percepciones en un cuaderno, recopiló algunos de esos apuntes en el libro «Una mirada en palabras» (2008).