El juicio a los hermanos Ruiz-Mateos por la compra del Hotel Beverly Playa Paguera, en Mallorca, en 2008, ha sido aplazado por tercera vez, en esta ocasión debido a la cuarentena de uno de los hermanos por prescripción médica.
La vista contra Pablo, Zoilo, José María, Javier, Alfonso y Álvaro Ruiz-Mateos por un presunto delito fiscal debía celebrarse a partir del próximo lunes en Palma.
Originalmente, este juicio se había fijado para finales de marzo de 2020, pero tuvo que ser suspendido por el estado de alarma; entonces, se pasó a noviembre, pero al llegar la fecha la Fiscalía pidió la suspensión para que los hermanos comparecieran presencialmente, en lugar de por videoconferencia, como se había acordado a principios de año. La defensa de los Ruiz-Mateos se opuso a la suspensión y protestó por el importante retraso que ya acumulaba entonces el proceso.
Cuando se fijó la primera fecha de juicio, en una vista que debía tener lugar en Palma, en enero, los acusados estaban en prisión y comparecieron por videoconferencia. Ahora se encuentran en régimen de semilibertad, con control telemático, después de que se les concediera el tercer grado.
COMPRA DEL HOTEL BEVERLY
Los Ruiz-Mateos se enfrentan a un presunto delito fiscal en la compra del Hotel Beverly Playa Paguera, en 2008. La Fiscalía, que cifra el supuesto fraude en 1,9 millones de euros, pide cuatro años de prisión para cada uno y una multa de 9,5 millones. El fiscal acusa a los hijos del empresario José María Ruiz-Mateos de defraudar al Govern en el pago de un impuesto autonómico en la transmisión del hotel, que ahora reclama la Agencia Tributaria de Baleares a través de la Abogacía de la Comunidad.
Por su parte, la defensa considera que no se ha producido delito, porque entiende que la operación estaba exenta de ese tributo y que no se cometió ocultación a la Hacienda pública. En concreto, los letrados que representan a los hermanos argumentan que no se trató de la compra de un inmueble, sino del 100 por cien de una sociedad que poseía dos hoteles, el Beverly Playa, en Mallorca, y el Beverly Park, en Gran Canaria.
La defensa también señala que en la escritura el notario emitió juicio de legalidad y que, además, el plazo para realizar la liquidación ya se habría extinguido, dado que la operación tuvo lugar en diciembre de 2008. Finalmente, sostiene que los seis hermanos no eran los responsables de estas decisiones.
SIN RECURSOS NI PATRIMONIO
En septiembre de 2019, durante el juicio por estafa en la compra del hotel Eurocalas, también en Mallorca, uno de los hermanos aseguró que, tras la quiebra de Rumasa, la familia perdió todo su patrimonio. "No tenemos nada, nuestras casas están hipotecadas, ejecutadas y embargadas; y no tenemos absolutamente patrimonio de ningún tipo. A pesar de las calumnias, estamos arruinados", declaró entonces José María Ruiz-Mateos.
Según indican a Europa Press fuentes próximas al caso, precisamente, la carencia de recursos es uno de los motivos que han dificultado llegar a un acuerdo con la Fiscalía, ante la elevada multa que solicita la acusación.
En el caso del hotel Eurocalas, la Audiencia Provincial condenó a los seis hermanos a penas de entre dos años y un año y nueve meses de cárcel, y a pagar, cada uno de ellos, 9.000 euros de multa. También les impuso una indemnización de 12,7 millones de euros por un delito de estafa agravada.
Por otro lado, el Tribunal Supremo modificó en octubre de 2018 la sentencia a los Ruiz-Mateos por una estafa en la compra de los hoteles Beverly, rebajando parcialmente la pena de prisión al anular la condena por el delito de alzamiento de bienes y suprimir una agravante.